En colaboración con la arquitecta Carmen Batanero, hemos desarrollado una vivienda que cumple con los estrictos estándares de Passive House, un modelo de construcción que prioriza la eficiencia energética, el confort térmico y la sostenibilidad. Este proyecto ha sido diseñado para maximizar el aprovechamiento de los recursos naturales, garantizando al mismo tiempo un alto nivel de confort y un bajo impacto ambiental.

La vivienda está ubicada en un entorno privilegiado con impresionantes vistas al mar, lo que ha sido aprovechado al máximo mediante el uso de grandes huecos acristalados. Estos ventanales no solo permiten una conexión visual con el paisaje, sino que también maximizan la entrada de luz natural, creando espacios luminosos y acogedores. A pesar de las grandes aberturas, la vivienda mantiene un excelente aislamiento térmico y acústico, garantizando la eficiencia energética sin sacrificar el confort.

Entre las soluciones técnicas utilizadas, se encuentran las ventanas de PVC de triple junta y 6 cámaras, fabricadas con los más altos estándares de calidad. Estas ventanas son fundamentales para conseguir un aislamiento excepcional, tanto térmico como acústico. Además, se emplearon vidrios de hasta doble cámara con gas argón, que mejoran aún más el rendimiento energético y reducen la pérdida de calor.

En la fachada orientada al mar, se ha utilizado un sistema de elevadora, que permite grandes aperturas sin comprometer la eficiencia energética. Este sistema garantiza un cierre totalmente hermético, optimizando la eficiencia sin perder visibilidad ni estética. Además, se incorporaron cajones de persiana motorizados con aislamiento adicional para asegurar la hermeticidad y estanqueidad de la vivienda.

Todos los elementos instalados en este proyecto cuentan con la certificación Passive House, lo que asegura que se cumplen los más altos requisitos de eficiencia energética y sostenibilidad.